Tijuana, B.C. — La noche avanzaba con normalidad en la Zona Norte cuando un estruendo interrumpió la rutina de las calles. En la esquina de las avenidas Constitución y Sánchez Ayala, un taxi metropolitano colisionó de frente contra una camioneta estacionada. Tras el impacto, el conductor fue hallado inconsciente. Minutos después, paramédicos confirmaron su fallecimiento.
La víctima, un hombre de aproximadamente 45 años y complexión robusta, conducía un Kia Río con número económico 02781. No hubo señales de frenado ni maniobras para evitar la colisión. El golpe fue seco, directo. Al llegar los servicios de emergencia, el chofer ya no mostraba signos vitales.
Aunque el choque fue violento, los primeros indicios apuntan a una posible causa natural. El cuerpo no presentaba huellas visibles de violencia externa, por lo que no se descarta que el taxista haya sufrido una descompensación o paro cardíaco al volante, lo que habría provocado la pérdida de control de la unidad.
Elementos policiales acordonaron la zona, mientras peritos de la Fiscalía General del Estado y personal del Servicio Médico Forense realizaban el procesamiento de la escena. El taxi quedó detenido sobre el pavimento, con la parte frontal destrozada, como una postal que captura un instante definitivo.
En una ciudad donde los accidentes suelen formar parte del paisaje cotidiano, este caso deja abierta la reflexión sobre los riesgos silenciosos que enfrentan quienes trabajan largas jornadas tras el volante. El taxista no fue víctima del tráfico, sino, quizá, de su propio desgaste físico. A veces, la fatiga y el corazón vencen antes que el destino.
Fotografías: Arturo Rosales.