El último trayecto: una noche rota sobre la Vía Rápida Oriente

La noche ya se había asentado sobre la ciudad cuando un estruendo quebró la calma en la Vía Rápida Oriente. Eran pasadas las diez cuando el conductor de un Volkswagen Golf rojo perdió el control de su vehículo. El automóvil salió del camino, atravesó la banqueta como si el destino lo empujara y derribó un árbol antes de incrustarse brutalmente contra un tronco a la altura de la colonia El Chamizal.

Fue un impacto seco, definitivo. Como si el tiempo se hubiera detenido a escasos metros del puente que conecta con la colonia Buenavista.

El conductor, un hombre de aproximadamente 35 años, quedó atrapado entre el metal desfigurado de su propio vehículo. Cuando los bomberos llegaron, con el aliento agitado y la urgencia a flor de piel, solo encontraron un cuerpo inmóvil que ya no respondía. Trabajaron con esmero, como quien aún quiere ganarle un minuto al destino, pero los paramédicos confirmaron que la vida ya se había ido.

Minutos después, el dolor adquirió nombre y rostro. Los familiares del hombre llegaron al sitio, aferrados a una esperanza que se desvanecía con cada paso. Lo identificaron. Y en medio del acordonamiento, del tránsito paralizado y de las luces intermitentes, la escena se volvió íntima, dolorosamente humana.

La zona fue asegurada por elementos de Tránsito Municipal y peritos de la Fiscalía General del Estado, quienes realizaron las diligencias forenses necesarias. Durante horas, la vialidad permaneció parcialmente cerrada, generando una fila de autos que avanzaban lentamente, como si también ellos supieran que algo había terminado allí.

La causa exacta del accidente sigue siendo materia de investigación. Las autoridades no descartan el exceso de velocidad, una falla mecánica o una distracción cualquiera, de esas que duran un segundo pero cobran la eternidad.

En la velocidad de una ciudad que rara vez se detiene, la vida de un hombre terminó sin previo aviso. Y quedó allí, grabada en el asfalto, como un recordatorio de lo frágil que puede ser todo.

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