TIJUANA.– La madrugada del domingo, el eco de los disparos rompió el silencio sobre la calle Camelia, en el fraccionamiento Las Fuentes. Dos jóvenes hombres, cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 30 años, quedaron tendidos sobre el asfalto, inmóviles, con el frío de la noche como único testigo de sus últimos segundos de vida.
Los primeros en llegar fueron los vecinos, alertados por el estruendo. Después, los cuerpos de emergencia. Paramédicos de la Cruz Roja y elementos de Bomberos intentaron lo imposible. Pero el tiempo –y las balas– habían hecho ya su parte. Ambos fueron declarados sin vida en el lugar.
Uno vestía pantalón y sudadera negra, con tenis rojos; el otro, camisa y pantalón negro, con tenis blancos. No llevaban identificación. Solo el peso de su humanidad caída y el misterio de lo que los condujo a ese punto.
Al menos seis casquillos percutidos calibre .45 fueron localizados cerca de sus cuerpos, indicios de una ejecución tan rápida como brutal. No hubo testigos que hablaran, no hubo cámaras que grabaran. Solo una escena desoladora y la sombra de la impunidad.
La Policía Municipal implementó un operativo en los alrededores, mientras que la Fuerza Estatal, la Guardia Nacional y peritos de la Fiscalía acordonaron la zona. Hasta el momento, no hay detenidos ni pistas claras. Solo preguntas que se suman a una ciudad donde la noche, cada vez más, se llena de ausencias.
Fotografías: Arturo Rosales.