Sin guardias y sin respuestas: pacientes del Hospital General temen por su seguridad

TIJUANA.– La mañana apenas comenzaba y ya había incertidumbre en el aire. No por un diagnóstico médico, sino por algo más elemental: la ausencia de seguridad en uno de los hospitales más concurridos de la ciudad.

Un video que comenzó a circular este lunes en redes sociales encendió las alarmas. En él, un ciudadano denunciaba que la entrada principal del Hospital General de Tijuana se encontraba sin personal de vigilancia. Minutos después, los testimonios comenzaron a llegar.

Laura Ibarra, paciente del área de oncología, lo confirmó con preocupación. “Llegué a las ocho de la mañana y lo notamos de inmediato: no había nadie en la entrada. Pasamos a oncología, nuestro lugar de citas, y tampoco había guardias ahí”, contó.

Laura observa con recelo que hoy solo un guardia vigila todo el hospital, cuando regularmente hay al menos dos. Lo que más le inquieta es ver personal administrativo ocupando funciones que no le corresponden. “Nos da inseguridad, pero también tristeza… porque uno se pregunta: ¿y los impuestos que pagamos, dónde están?”, lamentó.

En contraste, Sara Márquez, otra usuaria del hospital, compartió su experiencia reciente con un tono más optimista. Dijo que ha visto presencia constante de seguridad en sus visitas y que, en su caso, los protocolos sí se han aplicado. “A nosotros sí nos han revisado los bolsos, te preguntan a dónde vas y qué llevas. Eso me da confianza”, aseguró.

Pero el contraste no elimina la preocupación. La escena en la entrada del hospital —donde trabajadores administrativos ahora hacen labores de vigilancia improvisada— genera dudas sobre la protección que se brinda a quienes acuden en busca de salud y acompañamiento. En la entrada de emergencias, una patrulla de la Policía Municipal parece suplir la falta.

Hasta ahora, las autoridades del Hospital General de Tijuana no han ofrecido explicación alguna sobre la disminución del personal de seguridad. Tampoco hay claridad sobre si se trata de una situación temporal, un recorte presupuestal o una omisión administrativa.

En un lugar donde la vida pende, a veces, de una línea del monitor cardíaco, la ausencia de quienes cuidan las puertas suma una nueva ansiedad al ya frágil estado de muchos pacientes.

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