El reloj marcaba la mañana del jueves 3 de junio cuando los disparos rompieron la rutina en el Parque Industrial Pacífico. En una de las calles principales, una unidad de transporte de personal de la empresa Galkars quedó atravesada, con el parabrisas astillado y las huellas recientes de un ataque armado. El conductor, aún al volante, conservaba la vida. Apenas una herida en el dedo bastó para recordarle cuán cerca estuvo, otra vez, de no contarla.
No era la primera vez.
Apenas el pasado 14 de junio, este mismo chofer fue víctima de otro ataque, entonces sobre la carretera libre Tecate-Tijuana. También sobrevivió.
Hoy, como entonces, logró mantenerse con vida, aunque la pregunta quedó suspendida en el aire entre patrullas, paramédicos y peritos: ¿por qué lo buscan? ¿Qué carga, qué rostro, qué historia lo convierte en objetivo?
Tras el tiroteo de este jueves, elementos de la Policía Municipal arribaron al sitio. Acordonaron la zona, desviaron el tráfico, tomaron notas. El conductor fue atendido por paramédicos, quienes determinaron que no requería traslado. Más allá del dolor en la mano, estaba ileso.
Lo demás fue procedimiento: casquillos recolectados, fotografías, trámites. Pero lo que quedó sin respuesta fue el motivo. ¿Casualidad? ¿Confusión? ¿Una amenaza cumplida a medias?
Hasta ahora no hay personas detenidas, y en el silencio que deja el estruendo de las balas, una cosa es segura: alguien volvió a disparar… y alguien volvió a sobrevivir.