En la avenida Revolución, una de las zonas más transitadas de Tijuana, es común encontrar al señor Adrián interpretando melodías acompañado de su guitarra y una pequeña bocina. Con cada canción, busca no solo compartir su talento, sino también reunir las monedas que le permiten sostenerse día a día.
Adrián llegó a Tijuana hace más de cinco años con la intención de iniciar una nueva etapa. Sin embargo, pocos días después de su llegada fue víctima de un asalto en el que perdió su maleta, sus identificaciones y su acta de nacimiento. Esa situación, explica, lo dejó sin la posibilidad de acceder a un empleo formal.
“Me robaron mi maleta, se llevaron mi identificación, todo. Así que no puedo trabajar en un trabajo decente donde me paguen bien”, relata.
Ante la falta de documentos y sin una red de apoyo, decidió recurrir a su habilidad musical, algo que ha formado parte de su vida desde niño. Aunque su instrumento favorito es la batería, encontró en la guitarra una herramienta para poder sobrevivir en las calles.
Además de los retos económicos, Adrián enfrenta un problema de salud: un bulto de grasa en el lado izquierdo del cuello que, aunque no le causa dolor, le resulta incómodo. Según cuenta, apareció tras un accidente que sufrió hace una década mientras jugaba béisbol.
De acuerdo con los especialistas que lo han evaluado, la cirugía para retirarlo tendría un costo aproximado de 20 mil pesos, una cantidad fuera de su alcance.
Pese a las dificultades, Adrián continúa presentándose en las calles del Centro, donde con su música busca no solo obtener ingresos, sino también mantener viva la esperanza de recuperar sus documentos, atender su salud y encontrar una forma más estable de salir adelante.
