TIJUANA, B.C. — Branly Alexander Sánchez Lara tiene 10 años y un sueño: convertirse en futbolista profesional y vestir un día la camiseta de los Xolos de Tijuana. Sin embargo, ese anhelo se enfrenta a una dura barrera llamada Displasia Fibrosa, una enfermedad poco común que debilita sus huesos, los vuelve frágiles y propensos a fracturas o deformaciones.
Desde 2018, su familia ha recorrido hospitales, clínicas y fundaciones buscando un tratamiento que le permita a Branly llevar una vida más digna. “Yo sé que no hay cura, pero como mamá no pierdo la esperanza”, dice Teresa Lara, su madre, quien ha tocado innumerables puertas sin encontrar respuesta. Lo que necesitan no es poco: una cirugía para atender un tumor localizado en la cabeza del fémur derecho, que actualmente le impide caminar con normalidad.
“Siempre me dicen que no hay un médico indicado”, relata Teresa, mientras sostiene la silla de ruedas que su hijo usa parcialmente debido al avance de la enfermedad. “Mi hijo es muy seguro de sí mismo, pero a veces se mira al espejo y me dice: ‘Cuando estaba chiquito era muy bonito, y ahora me estoy poniendo feo’… y eso me rompe el corazón”, confiesa con la voz entrecortada.
Branly, por su parte, no deja de soñar. Le encanta caminar, jugar, y sobre todo, el fútbol. Su ídolo es Gilberto Mora, jugador de los Xolos, a quien aspira emular algún día. Su amor por el deporte es tan fuerte como su determinación, y aunque la enfermedad avanza, su espíritu no se quiebra.
La familia hace un llamado urgente a la comunidad médica, a especialistas, fundaciones o instituciones que puedan orientarlos o brindar apoyo. “No queremos dinero, solo orientación médica. Solo queremos una oportunidad para que Branly tenga una mejor calidad de vida”, insiste Teresa.
Si alguien cuenta con información sobre médicos o instituciones que puedan tratar la Displasia Fibrosa, pueden comunicarse al teléfono 663 149 3462.
En Tijuana hay un niño con sueños gigantes que solo necesita una mano que le ayude a caminar firme hacia ellos.
