TIJUANA, B.C. — Lo que en un principio parecía un crimen de alto impacto con móvil incierto, ha sido esclarecido por la Fiscalía General del Estado: el intento de secuestro y posterior asesinato del empresario Alan Román Miranda fue producto de un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico.
Los hechos ocurrieron en la colonia La Cacho, donde Román Miranda fue interceptado y baleado por un grupo armado. De acuerdo con el Fiscal de Homicidios, Miguel Ángel Gaxiola, la víctima fue señalada por una presunta deuda relacionada con el pago de droga, motivo que detonó la operación criminal.
Tras diversas órdenes de cateo ejecutadas en las colonias Playas de Tijuana y Obrera, la Fiscalía logró la detención de seis personas involucradas en el hecho, entre ellos el presunto autor intelectual del crimen, quien ya fue puesto a disposición de un juez de control. Además, en uno de los domicilios fue localizada una persona que se encontraba privada de la libertad por motivos similares, lo que evidencia el modus operandi de este grupo dedicado al secuestro como mecanismo de presión y ajuste dentro del mundo criminal.
En total, once personas fueron detenidas como parte del operativo, marcando un golpe significativo contra una célula dedicada a la privación ilegal de la libertad y la extorsión.
Las investigaciones siguen su curso. Entre los hallazgos más relevantes se encuentra que, en el celular de Alan Román, figuraba el número de un individuo conocido como “El Turco”, quien recientemente fue atacado a balazos en la Zona Río. Las autoridades ya indagan el tipo de vínculo que existía entre ambos.
Este caso, que combina el crimen organizado con dinámicas empresariales, vuelve a dejar en evidencia cómo las redes del narcotráfico pueden contaminar todos los niveles de la vida social y económica en Baja California.
