Tijuana, B.C. — La noche del domingo no fue silenciosa en la colonia Mariano Matamoros. Entre las calles Eustaquio Hernández y Azteca, el eco de las detonaciones interrumpió la rutina de una comunidad que ya está acostumbrada a cerrar temprano sus puertas.
Eran cerca de las 10 cuando el reporte llegó a las frecuencias de emergencia: una pareja había sido atacada. Sin embargo, al arribar, los oficiales encontraron solo a un hombre, tendido en la cochera de un domicilio, con heridas sangrantes provocadas por arma de fuego. Tenía apenas 33 años.
En cuestión de minutos, paramédicos de la Cruz Roja y elementos del cuerpo de bomberos arribaron al lugar. Contra el tiempo, estabilizaron a la víctima y lo trasladaron en estado crítico a un hospital. Su nombre no ha sido revelado, pero su rostro —dicen los vecinos— es conocido en la zona.
“Fue un muchacho el que corrió, venía vestido de negro… se fue por la José Esquivel”, comentó un vecino que prefirió guardar el anonimato. La identidad del agresor es aún desconocida, y hasta el momento no hay personas detenidas.
En la escena quedaron esparcidos tres casquillos percutidos, calibre 9 milímetros. Agentes de la Fiscalía General del Estado realizaron las diligencias correspondientes y abrieron una carpeta de investigación.
Mientras tanto, la cochera donde cayó la víctima fue acordonada con cintas amarillas, y el eco de los disparos aún retumba en la memoria de quienes escucharon el ataque desde sus ventanas.
En Mariano Matamoros, las heridas no siempre son visibles. Algunas se quedan flotando en el aire. Como preguntas sin respuesta.
