Tijuana, B.C. – Bajo el sol del mediodía y con bolsas de alimento al hombro, decenas de personas se dieron cita este sábado en el estacionamiento del Calimax de Zona Río, respondiendo a un solo llamado: dar voz y sustento a quienes no la tienen. En su edición número 25, el Croquetón Tijuana se propuso una meta ambiciosa y urgente: recolectar 5 toneladas de alimento para perros y gatos que han sobrevivido al abandono, al maltrato y a la indiferencia.
En una ciudad donde cada vez más albergues ciudadanos enfrentan saturación y carencias, el evento se ha convertido en un respiro colectivo y en una red de solidaridad silenciosa, pero firme. Este año, por primera vez, el alimento será distribuido entre 22 asociaciones y refugios independientes, quienes albergan actualmente a más de 1,300 perros y 350 gatos en condiciones de resguardo.
Rosa Arce, coordinadora del Croquetón, no oculta la gravedad de la situación:
“Cada año aumentan los casos de abandono y maltrato. Muchos no sobreviven. Los refugios están llenos y los recursos son pocos. Por eso este evento es más que una colecta, es una declaración: no los vamos a dejar solos.”
El Croquetón no solo apela a la compasión, sino a la conciencia. Arce fue clara al señalar que la raíz del problema no es solo el abandono, sino la falta de esterilización y la irresponsabilidad humana.
“Es urgente que las personas comprendan que tener una mascota es un compromiso. Y que esterilizar no es una opción, es una necesidad social.”
Mientras los donativos llegaban —desde una bolsa de croquetas hasta costales completos—, voluntarios, rescatistas y ciudadanos conmovidos por historias anónimas ayudaban a cargar, clasificar y agradecer. Era más que un evento: era una celebración de la empatía.
El Croquetón Tijuana no se mide en toneladas, sino en vidas. Cada kilo recolectado es alimento, pero también tiempo: el tiempo que un perro o gato rescatado puede esperar, sin hambre, la oportunidad de un nuevo hogar.